Cuenta la leyenda que en un pueblo del departamento de Pasco habitaba una mujer de edad avanzada que era conocida por cosechar las mejores y más grandes papas en todo el pueblo.
Cierto día en época de cosecha la señora se encontraba muy feliz, ya que sabía que era la única en el pueblo que iba a conseguir la mayor cantidad de papas. Toda la cosecha trabajada en el primer día la tenía guardada en un rincón, dentro de su chacra. Entonces, llegada la noche y aprovechando la intensa luz de la Luna, apareció un sapo enorme y sin importarle fue en busca de las enormes y deliciosas papas.
Al llegar escogió la mejor entre todas, esta era la papa más grande y arenosa, y no dudó ni un segundo en comerla. Cuando el sapo ya se había comido casi la mitad de la papa, la mujer se había despertado y fue a ver lo que estaba ocurriendo.
Al divisar que alguien estaba cerca de su cosecha, se acercó inmediatamente y al ver lo que se trataba lanzó una maldición sobre al sapo, diciéndole que se convirtiera en una piedra. Segundos después un sonido aterrador invadía el ambiente desencadenando una tempestad de viento, que con su enorme fuerza arrancaba los árboles desde sus raíces.
En medio del desastre el sapo fue arrastrado por el viento, hasta que se quedó colgado en lo más alto de una peña. Tiempo después los pobladores vieron al sapo quien precisamente se había convertido en piedra; hasta el día de hoy su enorme figura se encuentra en el mismo lugar.
Comentarios